
11 mayo 2010
As long as you treasure whatever it is...
As long as you treasure whatever it is, whatever it is could never be wasted.
(mientras atesores lo que sea, lo que sea no podrá ser nunca ser malgastado.)
Amo las cajas, las tengo de muchos colores, tamaños y tamañitos. Y no tengo mas porque no tengo espacio para colocarlas. Pero me gustan especialmente los cofres.
Tengo tres cajas especialísimas para mi. Una mínima pintada por mi en recuerdo a otra persona, a la que no le cabe nada. Una pintada por una amiga, con la letra de mi canción favorita, que es mi caja de los recuerdos. Y un cofre negro, de madera, hecho a mano, con flores blancas, lindísimo regalo con motivo a mi cumpleaños más reciente.
Lo he pensado y he llegado a la conclusión de lo que me gusta de estos objetos es que esconden de la vista lo que guardan. Y me encanta llenarlas, pero jamás con cualquier cosa. Cada una tiene una función específica. Tanto así que mi cofre negro todavía está vacío ya que no encuentro aun algo tan especial como para colocarlo en él.
Mi caja de los recuerdos, es en realidad mi caja de tesoros. No hay mucha diferencia, a veces, entre los dos conceptos.
Una entrada a la CN Tower, un mail donde me hablan de violines, un mini monstruito gris, una hoja de maple, una entrada al cine, un anillo, un dibujo. Nada que se aleje de los tesoros de los demás...
Y los guardamos en cajas y cofres, debajo de la cama, en el fondo de una gaveta para resguardarlos de daños pero por sobre todo para alejarlos de la vista ajena y siempre en algo intrusiva -en situaciones como esta-.
No es que a nadie le importe saber que el 30 de noviembre viste "Matrix 54" en la sala 4 del multiplex, sino que lo sentimos que exponer esos recuerdos tiene algo de invasión. De violación.
Preferiría, en lo personal, mostrar mi ropa interior (sin mi persona dentro!) que dejar a la luz publica mi entrada a la CN tower, mi mail, mi monstruito, mi hoja de maple.
No me importa hablar de ello, ni especificar cuales son mis objetos llenos de memoria, -que no son ni secreto sumarial ni motivo de verguenza-, porque nombrarlos solo crea una imagen mental en quien lea. Mientras mi pequeña colección sigue resguardada donde siempre. Y yo, no tengo que explicarle a nadie porque llegaron a ser dignos de vivir bajo del resguardo de la letra de mi canción favorita.
As long as you treasure whatever it is, whatever it is could never be wasted.
Etiquetas:
a todos nos pasa,
cotidianidad,
del baul de los recuerdos,
espejos,
pensamientos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Tu tienes cajas, yo gavetas, pero en definitiva es lo mismo: esa necesidad de aferrarnos a esas reliquias en apariencia triviales, pero esos objetos no son otra cosa que una ventana a un instante en nuestras vidas!!
Como ves, si te leo!!! Admiro tu capacidad de sintentizar, y de demostrar con pocas palabras, algo que cuando uno lo lee, se imagina tantas cosas. Mas alla de unas palabras, esta todo un contexto de imaginacion detras de ellas. Excelente!
Publicar un comentario