28 junio 2010

Y de risas a solas...


Anoche llevé a mi perro a su ritual paseo nocturno decidida a participar activamente en sus juegos.

Así que me planté lo mejor que pude sobre mis propios pies, e intenté darle una patada digna a la pelota que el con mucho gusto me trajo. Resulta que resulto bastante poco acertada y muy pero muy poco graciosa de mi parte. De esas escenas que una agradece vivir a solas o el chalequeo de los panas duraría muchoooo....

A pesar de mi falta de coordinación mi precioso pastor no pudo prever por donde venía, y su juguete lo sobrepaso. Y yo grité "GOOOOOL", brazos en alto y celebración incluidos!

Me reí a mares yo sola. Fui muy feliz unos instantes del puro gozo de jugar al football con mi mascota. Y él, que es mejor que cualquier portero, me devolvía la pelota muy satisfecho de verme contenta.

De pequeñas cosas como esa está conformada la felicidad...

1 comentario:

Lulu dijo...

Por cosas de la vida, me gustarìa saber qué dfines tú como una "patada indigna" (para hacer oposición a la "patada digna")a la pelota de tu perro... jajajajajajaja... Chiste personal sobre "dignidad" (= asunto moral) e "indignidad" (= eso no es digno de mí).

No, no es mi hora de la rana. Otra vez me desperté con "peps" y ando "over the moon" sin razón aparente.

Pero ya puedes ver que no eres la única que tiene esos arranques (afortunadamente) a solas... Esos arranques que nos pueblan la memoria, nos interrumpen la rtina del cotdiano y nos traen de vuelta al mundo luego de habernos hecho pasear por las nubes sin razòn aparente.

Casi casi como en un arranque de esos de "la hora de la rana"... (Juajuajua)

Ahora sí, prepárate, "Zizoue" mía: lo que tu "Barthez peludo" no rió, me lo voy a gozar yo... jajajajajajajajajajajajaja...