20 junio 2010

A Gael.


Mi queridísimo, hace tiempo que no tienes voz.
Hace tiempo que no te la doy.
Lo lamento.
Aunque se que has estado escuchando y observando con mas atención que nunca antes.

Has estado disfrutando mi "era country", aunque no sin burlarte un poco de mi. Mi gusto por la música simple y que consideras "populachera", en vez de tu exquisitez gótica y siempre un toque maquiavélica, querido.

Te has sentado conmigo, cada vez, en el lindo sofá de animal print, la cabeza ladeada, la mirada fría pero atenta y divertida. Sin perder gesto ni palabra. Dispuesto siempre a enfrentarte al ser divino, mucho mas puro que tu, que ves afanado en la cocina. Y no dices nada. Pero si me has callado, y me has hecho decir, en momentos en que tu y yo somos uno.

No has dicho nada, pero has ejercido una presión sutil tal, que esos momentos compartidos, son de mas en mas frecuentes. Y se que de algún modo lo lamentas, jamás has deseado que los limites se pierdan. Por mi. Por ti te da igual.

Curiosamente, tu siempre tan decidido y cortante, en los extremos, no has tomado decisión en cuanto a aquellos ojos azules... Lo dejaste en mis manos, justo cuando yo habría deseado que intervinieras...

Lo sé, es un asunto donde tus acciones, reacciones y decisiones 100% blancas o negras no tienen cabida. Mucho menos esa fuerza agresiva y absolutamente desprendida de las consecuencias de sus actos. Y por mucho que te busco en el tema, no estás.
En realidad, no es algo que despierte ni tu interes ni tus sentimientos, todo ocupado como estás emocionalmente por un solo ser...

Mi Gael, intenso, brillante, secreto, inusual, arrojado, bon vivant.
Como habrías vivido una época como la actual, donde el teléfono es tan común que lo llevas en el bolsillo y puedes llegar de un lado del mundo al otro en cosa de horas?
Se que las computadoras te habrían aburrido mortalmente.


Te habrías llenado la cabeza de desafíos y se los habrías lanzado al rostro a todo al que se le ocurriese cruzar palabra contigo.

Te habrías emborrachado hasta llegar al suelo en discotecas dark, mientras disfrutabas del efecto de tu físico impresionante, tu actitud imprudentemente desafiante, tu educación exquisita, y tu superioridad mental. Te habrías reido a carcajadas del mundo y de su violenta ceguera, tu a quien solo el estar separado del unico depositario de todos tus afectos te asusta y nada mas.
Ni la violencia, ni la muerte o la inmortalidad, ni la crueldad ni la estupidez ni la soledad ni la traición. Tu quien todo lo ve de frente, sin voltear la mirada y sin juicios.

Siendo siempre infinitamente fiel a tu amor invencible y tu fidelidad salvaje para con A.

Pronto te daré voz mi queridísimo, pero sabes que con control, porque eres demasiado indómito como para que se te escuche sin prudencia.


1 comentario:

Kantor dijo...

Recuerdo tan claramente ese momento en que acabando de leer aquel cuanto me comentaste anonada con un candor que conmovía que nunca habías estado en conflicto con tus demonios internos. Y ahora presentas esta disculpa a Gael, tu demonio personal por las mordazas que le has impuesto
Estas sombras que muchas veces nos asustan y otras tantas nos deleitan, que a menudo debemos mantener encerradas, aun al costo de perder algo de nuestra humanidad. Pero si le niegas su voz, terminara gritando tan fuerte que todos lo podrán oír.
Razón tenia Jung sobre que cuando reprimimos a nuestras sombras estas se hacen cada vez mas tangibles