21 junio 2010

De Gael.


Mi queridísima, jamás he dejado de tener voz.
Simplemente le doy rienda en un mundo distinto al tuyo, mas profundo, mas oscuro, donde yo no soy sino un simple aprendiz de demonio, como me llaman algunos.
No tienes nada que lamentar, tampoco he pedido nada.
Y si, es cierto, que últimamente he estado escuchando con mayor frecuencia y atención.
Si puedo observar y hasta actuar, con tu consentimiento, en ambos mundos, porque no hacerlo?

No hablemos de tu era musical simplista; es indigna querida. Pero seguro que bailar a ese ritmo, botas y sombrero incluidos en la parafernalia ha de ser la mar de divertido! Tienes que volver a lo que eres... No tengo mas que decir.

Y si, me encantan los ratos en el sofá de animal print. Dan ganas de comérselo- y soy casi literal, no puedes olvidar lo que soy-, no el sofá, al precioso caballero!

En cuanto a la perdida progresiva de limites entre nosotros querida, no ha sido mi intención. Mi cercanía es mas helada y oscura que la tuya y es un modo de vivir en el que te adaptas rápido o no tienes segunda oportunidad de hacerlo. Adaptación un poco cruel, porque acá no se es en principio sino la presa mas fácil. Y la persecución para influir en terceros es casi un hobby por estos lares.

Los ojos azules... Definitivamente no es asunto mío. No me interesa.
Mi ser se ve anulado en esa situación, se disuelve en unas circunstancias donde tu ser se refleja tan intensamente todo lo que eres y yo no que no tengo espacio en ello. Pero si quieres, puedo intervenir... Con las consecuencias que conoces; por ello no me has llamado del todo. Me has buscado sabiendo que no me encontrarías en tales condiciones emocionales pero has evitado pedirme que acuda. Sé realista y admite que no quieres de mi forma de resolver en este asunto.

De algún modo es también lo que nos ha acercado. Usualmente los seres humanos cargan con un laberinto interno y buscan el hilo de oro para no perderse en el (gracias a mi amigo Gárgola por ponerlo tan bien en palabras), tu, conseguiste el hilo antes de saber siquiera que el laberinto existía y te retiraron tal hilo. Cuando internalizaste donde estabas, ahí estaba yo. Por ti, para ti.
Y aquí estamos.

Mi querida yo, intensa, brillante, secreta, inusual, pero todavía tan inocente. Te suceden las cosas y tu viendo el techo mientras seres y hechos te tumban la puerta a golpes. Tu mundo real es mas que tu y yo, aunque tu mundo interno prácticamente solo sea tu y yo.
Por eso también he ido paulatinamente observando mas a través de tus ojos. Porque no soy inocente como tú, y ya te toca dejar el mundo de colores pasteles que has llevado siempre a cuestas.

El mundo moderno? Divertidísimo! La cúspide histórica de la estupidez humana!
Tienen los mismos problemas que ha tenido el ser humano desde siempre, léase y por nombrar algunos, corrupción, traición, egoísmo, pobreza y enfermedad. Y se han agregado mas! Problemas ecológicos, de agua, armas de destrucción masiva mas fatales, personas de mas en mas aisladas y solas.... De que poblar hasta el tope, muy rápidamente, hospitales siquiátricos, cementerios y las pailas del infierno. Son una especie digna de muy serios y profundos estudios de cuanto tipo de desviación imaginable posible! Y después hablan de nosotros, los de este lado, con miedo... Irónico!

Pero en cuanto a las computadoras, tienes razón! Que aburrimiento! Más de todo y todo más superficial. Que flojera!

Alcohol en un club gótico.... Divino! Me gusta todo lo que puedo imaginar al respecto. Aunque sea solo por la estética del asunto.
Sabes que lo mío es fascinación por los procesos mentales, por muy extraños que puedan ser, no las consecuencias físicas de tales procesos.

A.
Hablemos de él.
Decidí a conciencia atarme, por la eternidad, y de forma irreversible, a un solo ser.
Por el amor mas puro, inviolable y rudo que se pueda concebir. No tenía alternativa. Jamás la tuve. Ni quise tenerla.
Ningún hecho cambiara lo que es ahora ni el tiempo tampoco, ni siquiera él. Hasta que la muerte (y tendría que ser la mía) nos separe. Porque no lo hará nada mas.

Que irónica es la vida; quien de nosotros habría podido imaginar, hace tantos años, que tu y yo tendríamos que hacer la diferencia entre "tu A." y "mi A." para evitar confusiones?
Porque tu, mi alter ego de carne y hueso, tampoco tuviste alternativa frente a eso y ya jamás sabremos si la habrías querido...

Te dejo mil besos fríos que te harán la mejor de las compañías...

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