18 junio 2010

Simple...


Me siento bien pero al mismo tiempo sorda, y muda. Gracias al cielo no ciega.

Me sé dando mi mejor esfuerzo pero veo mi vida en este momento como quien ve una película de Hollywood en la gran pantalla.

Leyendo el blog de mi amiga Lu, donde hablaba en su mas reciente entrada de frases que nos han marcado, recordé dos inmediatamente.

La primera fue; "Que no te quieran como quieres no significa que no te quieren todo lo que pueden, y tienes que aceptarlo." Puede parecerles evidente pero han pasado años y lo recuerdo claramente.

Y la segunda mas que una frase aislada, fue una anécdota.
En uno de tantos almuerzos compartidos con mi jefa, nos contaba haber tenido una alumna de cierta edad. Que mostraba un tatuaje en un brazo.

Números.

Al pasar del tiempo mi jefa, sabiendo lo que representaban, no pudo evitar preguntarle.

Eran efectivamente los dígitos distintivos de los cautivos de un campo de exterminación nazi.
El esposo de la sra estaba en cama, desahuciado por los médicos, en la época.

Y la sra, le dijo, simplemente, "A veces lloro, y me pongo triste. Mi esposo se va a morir y no hay nada que se pueda hacer. Pero veo mi tatuaje y se me pasa la pena. Lo que aprendí y quiero que recuerdes siempre es que la vida es bella y lo único que tenemos que hacer es ser felices. No lo olvides nunca."

Si lo dice una sobreviviente de un horror así. No hay mas que decir.


1 comentario:

Lulu dijo...

Y te voy a dejar una anécdota y una frase...

Me tocó trabajar en un curso de capacitación para te´cnicos y obreros. El que dictaba el curso era un señor de origen árabe (no libanés, no argelino, otro país) que había vivido y crecido en Inglaterra. Buscando trabajo, había optado a dos compañías y se quedó con la que le ofrecía el trabajo que más le llamaba la atención (elementos de alto voltaje, versus la otra de bajo voltaje) a pesar de que le exigían aprender francés. En la otra, con sede en Bélgica, no le exigían nada pues con el inglés bastaba y sobraba para los flamencos.

El hombre se hallaba en un conflicto de intereses porque se reconocía inútil para los idiomas. La compañía que él rechazó era demasiado para mis recuerdos en el momento y salió el tema de mi vida en Bélgica y las razones por las que de allí me vine.

Después de muchas excusas por revolver el tema, que no acepté porque yo saqué el tema a pasear... se quedó callado y yo también y me dijo "hoy va a subir la escalera empinada y estrecha con sus botas de seguridad porque nos tiene que acompañar para la instalación del equipo... pero lo va a hacer pensando en que bajar las escaleras no le va a producir el miedo que me comentó le producían esta mañana."

Y me le quedé viendo fijo, con desconcierto, esperando que me dijera algo más para que justificara el tono autoritario de su comentario. Y me dijo "pero lo hará sabiendo que es necesario vencer, cada día, uno de nuestros miedos. Así decimos en mi país, así decimos en mi cultura. Y creo que le hará mucho bien."

Y me ha hecho mucho bien. Siempre que tengo miedo, me acuerdo de él. Y no, no tuve más contacto con ese ingeniero luego de aquel taller. PEro su presencia ha sido imborrable en mi memoria desde hace 4 años.

Abrazote!:D