Hace mucho que no recordaba a Peter.
Peter fue el primer canadiense que conocí jamás.
Alto, excesivamente delgado, y de apariencia bastante común. Gerente de una discoteca en uno de los distritos mas movidos de Londres. Y cliente fijo del bar donde yo trabajaba.
Y yo que tenia fama de tranquila y hasta un poco antipática, dejaba lo que estuviese haciendo (casi tiraba vasos y copas por los suelos) para correr hacia él cuando llegaba. Lo que provocaba mucha sorpresa.Pero no porque Peter me gustara. No era el caso. Ni yo a él.
No era físicamente atractivo, y ya pisaba los 40 años cuando yo tenia poco mas de 20. Se reía a carcajadas de mi, estando yo presente y yo protestaba con vehemencia.
Lo que sucede es que Peter es de esos escasos hombres que tienen una seguridad ABSOLUTA en si mismos. Y la transmiten, la transpiran, viven inmersos en ella.Y eso atrae.
Ademas te desafiaba de forma muy abierta pero con tono y expresión de inocencia.
Nunca parecía dudar de poder obtener lo que se le ocurriese querer. Y se daba los medios para lograrlo. Consentía, con toda intención, a las mujeres, pero solo las que le parecían hermosas.
A tal punto que mi queridísimo cambiaba de chica preciosa con mas frecuencia que de chaqueta... No se lo aplaudía pero me sorprendía en la época.
Porque yo era incapaz, en aquel momento, de ponerle palabras al efecto que irradiaba alrededor de si.
Yo era sensible a ello a pesar de saber que ni que me hubiesen encerrado en un cuarto sin luz con él durante meses hubiese sucedido nada.
Tenia un efecto fantástico...
Simplemente daban ganas de tenerlo cerca, de que te tuviese en cuenta, hasta de que te dijera cosas como "en mi vida me han volteado los ojos de manera tan linda como tu". Era un privilegio.
Para mujeres hermosas y que pudiesen discutir con él. Porque bellas y tontas tampoco le servían.
Ha pasado casi una década desde que deje de ver a Peter (lo que lamento mucho). Pero ahora conozco otro ser humano similar, hasta mas sorprendente que el primero. De seguridad que parece ser capaz de resistir el embate de una bomba atómica. Y yo ya no tengo poco mas de 20, ni me parece ya tanto un privilegio la atención de seres fantásticos pero....
2 comentarios:
Peeeeeeeeeeeeeeeeero....
...
...
...
Jajajajajajajajajaja!
Estaría muy bueno qu enos hiciera aclaratoria de ese "pero..." al final, señorita! Jum!
Jajajajajajajajajajajajaja!
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