Trato de no dejarme invadir por imágenes de un viaje que seguramente alberga mas sorpresas de las que podría imaginar pero no puedo del todo.
Veo, sin previo aviso, entradas de casas llenas de nieve, la cena de navidad con comida china, la llegada al ya conocido aeropuerto... viajes en tren, entregarle regalitos a mi familia desconocida, el posible encuentro con seres que ya no deberían ser mas que fantasmas, un buen trago en el mismo bar junto con aquel plato inusual para mi, casi cotidiano para los locales. Sin contar una fiesta medieval de fin de año (esperoooo) en un tercer país.
Y es maravilloso que no pueda del todo detener el flujo de imágenes ya que es lo que me sostiene para aguantar una rutina que aunque siendo muy grata es bastante agotadora.
Pero he despojado estas fotografías de la mente de expectativas porque si no lo hiciera el tiempo hasta subir al avión se me haría tan largo que no podría lidiar con él y porque no sé que me depara en si tanto tiempo fuera... We´ll see...
Camino con la espalda derecha y la mirada alta.
Como una bailarina me dicen.
Camino así por costumbre pero por sobre todo por orgullo.
Por orgullo de raza. La que conformo yo...
Camino sostenida por el orgullo fruto del esfuerzo que me ha costado ser yo. Y también por lo que no me ha costado tal esfuerzo -algunas cosas se heredan y otras simplemente suceden-.
Orgullo de no permitirme creer que tengo que mostrar casi toda la piel que la vida me dio ni un par de aquellas tipo Pamela Anderson para que un hombre me mire.
Orgullo porque si me doy de narices con una palabra desconocida no la meto en un closet mental y la abandono en el olvido sino que la busco y eso me lleva a su vez a buscar otras cosas.
Orgullo porque me encantan las motos grandes, los perros grandes, la mitología de vampiros y la literatura gótica, el rock y el color negro, aunque parezca mas la descripción de un varón que la de una mujer. Todo ello sin perder en feminidad (digo yo! jaja)
Orgullo de independencia que no ha perdido en sentimiento... Pero ha ganado en madurez y en seguridad.
Orgullo de poder mirar a los ojos de mis allegados y poderles decir "Te quiero" si así lo siento y "Lo lamento" cuando es el caso, sin creer que lo primero me expone si no obtengo la misma respuesta y que lo segundo me humilla.
Orgullo porque he aprendido cosas que me apasionaban aunque no sean "cosas de mujeres", y porque aunque prefiero viajar acompañada, viajo sola antes que perder la experiencia.
Orgullo porque se que valgo infinitamente mas que la suma de una (o varias o muchas) velada linda, y unas cuantas palabras preciosas pero vacías.
Pero ese mismo orgullo que se asemeja a una vara metálica que me sostiene la columna vertebral linda a veces con la prepotencia y la antipatía... Lo sé. Me lo han dicho hasta el cansancio (no mío, de los demás)
Si hasta el agua en exceso es nociva para la salud, tiene que serlo el amor propio. Y de algún modo se vuelve dureza.
No es que tenga un complejo de superioridad sino que soporto mal la mediocridad auto inflingida. Mucho peor si es auto inflingida y percibida como algo normal o hasta satisfactorio.
Paso de las personas que creen que el dinero y el físico lo son todo, que antes de Britney no existía la música,que sin el blackberry es imposible vivir, para las cuales Rusia es un huequito y China es solo el país donde lo fabrican todo, y ver la novela de turno - o tomar alcohol- es lo mas interesante que pueden hacer con su tiempo libre. Y que el Universo me perdone si por ello peco de despreciativa.
Ya veré como hago si no hay tal perdón!
No es interesante en si el dinero (o el físico o el poder o el cargo o, o, o) que tenga alguien si parece tener las neuronas en reposo desde antes del nacimiento!
Hace días que estoy de animo rebelde, revolucionario y agresivo... supongo que por eso es que no me importó esta noche escribir tales cosas. Lo mejor es que es muy poco probable que me arrepienta mañana, cuando esté mas tranquila.
Tal vez uno de mis amigos queridos tenga razón cuando me dice que, como el, llevo un despota por dentro!
Doblando la esquina de mi casa, con una bolsita en la mano que contenía algunas frutas antojos de los días de calor, casi me doy de narices con Maria.
María es mi vecina. Vive en la casa de al lado con su hermanita y su abuela. Tiene mi edad, el cabello oscuro y ondulado, siempre suelto, los ojos llenos de chispitas amarillas y vive la vida como si fuese un paseo a través de un cuento encantador de Pixar.
Esa tarde cualquiera, María tenía unas margaritas amarillas en la mano. Y entre risas, el olor de los mangos y las manchas de color de las flores, la curiosidad me hizo preguntarle donde iba con un ramo...
Algunas risas mas allá, miradas interrogantes por un lado y de picardía por el otro, me hizo señas conspiradoras de que la siguiera.
Y me llevó, como quien devela un gran misterio, al patio trasero de su casa.
Al fondo a la derecha, al buen resguardo de un sauce llorón, había un espacio marcado con piedras planas. A medida que nos acercábamos, pude ver que cada piedra tenia nombres y fechas marcadas. Pensé que seria un cementerio de mascotas. La tortuga de la infancia, el hamster que se quedó tras la nevera, el canario que no murió victima del gato sino del infarto que le dio del susto cuando vio a la fiera gigantesca aquella por primera vez y así...
Pero no... Todas las piedras mostraban un nombre de hombre, una fecha y alguna "nota".
"Pedro 1999-2001 por desidia", "Aníbal, 1995 por la mejor amiga de su hermana", "Ricardo 2008-2010 porque volvió Pedro"...
Recorrí unas cuantas mas con la mirada y me eche a reír tan alto que pensé que me ahogaba!
Maria no enterraba a sus mascotas en su patio trasero sino a sus amores perdidos!
Ella cuidaba su cementerio, estaba limpio, ordenado, hasta le ponía flores a las tumbas!
Después de haber superado la sorpresa -y el ataque de risa-, le pregunté a Maria porque lo hacía. Porque tener recordatorios y cuidar imágenes usualmente dolorosas.
Y Maria solo me dijo: "Cuido esas tumbas de amores muertos porque sin ellos no sería quien soy ahora y por ello tengo que honrarlos."
Mirame a los ojos y dime lo que no hasta ahora...
Dime que me has odiado de forma feroz porque desafiarte y no aceptar limites conocidos por ambos pero deliberadamente ignorados por mi.
Dime que lo que mas amaste en mi fue también lo que mas te detuvo, porque fue muy difícil aceptar que no son sino las dos caras de la misma cosa.
Dime que recordaste mas de lo que hubieses querido la risa sonora y compartida, y los sobrenombres que eran un chiste interno.
Dime que la mirada de otra sobre tu piel te dejo descansar pero jamás te provoco la misma sensación de estar vivo, por ser menos intensa.
Dime como reorganizaste tus planes cuando pensaste que nunca me perdonarías ni yo a ti.
Dime que tanto daño hizo aquel mensaje que deje intempestivamente y sin pensarlo, dejándote atrás por creer que lo habías hecho tu.
Y mirandote a los ojos, te diré entonces, que ya no tengo mucho que decirte.
Que no me importan ya mucho las palabras. Que lo pasado no son ya sino recuerdos, y que de ellos podemos hacer lo que queramos. Enmarcarlos, cantarlos, ponerles pinceladas de vino tinto o de champán francés... Hacerlos fumar la pipa de la paz o dejarlos plantados tal robles milenarios.
Que los errores se los deje al viento para que hiciera de ellos mariposas. Que no los olvido pero ya no pesan. Ni los tuyos ni los míos. Que estoy lista para no repetirlos, solo falta que tu me digas a mi si estas listo para lo mismo.
Te diré que solo quiero un infinito abrazo desde lo alto y ancho de tu humanidad.
Un tenerme en tus brazos que no me deje verte a los ojos, unos instantes, para que el rápido reflejo de lo que todavía te duele de nosotros me pase desapercibido. Donde esconderme un ratito, para que solo tu en el mundo sepas donde estoy.
Dime lo que no me has dicho...para poder dejarte saber que no tengo mas que decirte...
Hace días que tengo la cabeza llena de imágenes de la Oprichnina de Iván El Terrible, zar de Rusia.
La Oprichinina fue, unos años, guardia personal del "designado por Dios" en la madre Rusia, un conjuro de hombres brutales, sanguinarios, crueles y sin control. Y que asesinaban, por placer, a su propio pueblo.
Liderados por el, física y mentalmente, monstruoso Maluta Skuratov, maestro y gran fanático de las técnicas de tortura.
Y ronda por mi mente, repetidamente, la imagen de un grupo de hombres armados hasta los dientes, con cotas de malla negras, y sus cascos a par, el cráneo de perro moloso que era el símbolo de su grupo, en caballos que solo ellos podrían manejar, en un grito de muchas voces "Gue-da". De noche y dirigiéndose, sin freno posible ni deseado hacia el inocente primer testigo que los vio venir. Una jauría de salvajes caballeros apocalípticos.
Y no me atormenta la imagen, solamente se repite.
Malutas Skuratovs ha habido mas en la historia de lo que cualquier hombre podría contar por si solo. Y es lamentable. Pero innegable.
Y el hecho es que a los seres humanos les gusta la sensación de miedo (lo que me parece aberrante, pero también innegable)...
Basta con ver que, en las carteleras de cine, está de nuevo, el ya casi mítico Freddy con su pesadilla de la calle Elm. Si no nos gustara ese escalofrío en la medula, de miedo, porque pagar por ver como un hombre que ya no lo es, asesinaran inocentes aterrorizados, con garras metálicas colocadas por voluntad humana?
O tal vez Freddy, al verlo en las grandes pantallas, nos ayuda a convencernos que los Maluta Skuratov son solo propiedad de Hollywood. Y no seres históricos. No sé.
Me niego a ver ni a Jason ni a Freddy, pero leo con pasión la historia rusa, entre otras cosas, tal vez del mismo filo.
Aunque a veces, el estomago se me hace insuficiente para siquiera poder aceptar mi imagen mental de tanta sangre que hubiesen podido formar ríos, o de tanto sufrimiento colectivo que lo hacía ya casi trivial. Pero Maluta, Iván, el propio Pedro, Vlad Tepes o cualquiera de la lista infinitas de caballeros (y algunas damas, pregúntenle a Erzebeth Bathory) surgidos de la profundidad del Hades dieron forma a su época y fueron a su vez formados por su época y su entorno. Entender parte de su tiempo y de su pais, a traves de sus historias, es lo que me fascina.
Así que mi posible gusto por el escalofrío a lo largo de la espina dorsal, no pasa por las películas de terror sin mas argumento que la sangre y la violencia sin motivo, sino por la desfiguración mental de ciertos personajes históricos de la Europa oriental (porque de esa zona del mundo es otra cosa). Tal vez les parezca peor, porque no me doy el refugio artificial de "es solo una película", pero a mi, me parece por lo menos, mas interesante.
Y quien haya disfrutado al temible Hannibal "Canibal" Lecter, o el terrible "Gladiador", que no tire primera piedra porque sabe que no podrá esconder la mano. ;)
Quiero sentarme en el techo de la casa contigo, una noche fría cualquiera, a ver las estrellas y oir el silencio de tu pueblo tranquilo.
Quiero que ahí sentados, nos vaciemos de todos los recuerdos individuales y los hagamos comunes.
Que el silencio sea complicidad y las palabras significado.
Que ese techo de dos aguas sea el eje del mundo y el punto cero de nuestro destino.
Que entendamos que lo que nos diferencia es lo que nos enriquecería.
Que el uno sin el otro no somos jamás lo mismo. Y jamás lo seremos.
Que no nos necesitamos pero nos unificamos.
Quiero, con un roce apenas, que demostremos, de nuevo, que nos escogimos aun sin habernos conocido.
Quiero que le entreguemos a las estrellas lo que alguna vez nos separó y que ellas lo devuelvan como una lluvia de risas.
Quiero que depongamos las armas y las volvamos a tomar para enfrentar al mundo entero, juntos.
Quiero que la infinidad sea testigo de que las almas llegan a ser una, aun siendo dos.
Quiero que sepamos que la Fe es estar viendo las estrellas en una noche fría sin que nada mas importe.
Quiero que al que llegue le parezca absurda la escena, para que así solo sea nuestra.
Quiero que la unidad se sienta indestructible, para que de ello saque fuerzas para serlo.
Quiero sellar lo que ya sabemos e inventar lo que no...
Uno de mis poemas favoritos de Eluard comienza con:
"Je t´aime pour toutes les femmes que je n´ai pas connues" (te amo por todas las mujeres que no conocí) y sigue, unas lineas mas allá "Je t´aime pour toutes les femmes que je n´aime pas" (te amo por todas las mujeres que no amo).
Y me parecen frases taaaaaaaaan preciosas, tan llenas de mil cosas que me cuesta creer que tanto esté contenido en un número tan limitado de palabras.
Y cada vez que las leo es como si fuese la primera vez. Es la cualidad de los grandes poetas!
Un día soleado, con un leve olor en el aire de lavanda, una habitación blanca y el escribiéndole, acompañado solo de un leve ruido de viento entre la hierba, a la mujer que se hizo tan grande para el que las demás siguen existiendo pero es como si no....
No puedo darle otro contexto a esas palabras.
No puedo imaginar que se lo dice directamente, porque no imagino reacción posible de ella que no dañara, aunque fuese solo un poco, tal declaración. Mas que de amor, de entrega.
De totalidad.
Me fascinan -y no en el sentido de encantarme sino de ejercer fascinación- los amores que tocan lo absoluto, la fusión, los extremos. Como este poema de Paul Eluard o la teoría de los seres dobles divididos por los Dioses que expone Platón en "El banquete".
Pero jamás los trágicos (detesto "Romeo y Julieta"). Con excepción de la mas que hermosa historia de "Cumbres Borrascosas"... Y es porque Heatcliff, redime su amor, aun después de la muerte de ella y un muy largo periodo de amargura expansiva y odio férreo.
Y mis referencias son literarias porque, no vemos amores así. O pocos de nosotros logramos presenciarlos. Mucho menos vivirlos. Lastima.
Tal vez si no es como mis referencias literarias, no es Amor con mayúscula, sino amor con minúscula. Y sin querer en lo mas mínimo menospreciar el segundo, querría vivir el primero.
Por mucho que los psicólogos me dirían que confundo el amor pasional y el amor mas estable, por tanto mas duradero y probablemente mas sano. Que los amores pasionales se agotan o nos agotan. Pero no hablo de esos amores, sino de los que son entrega y aceptación total. Que tal vez nos pidan esfuerzo de Titanes pero dejan recompensas que no podríamos explicar con palabras, solo acercarnos a.
Querría poder decirle a él -quien sea que sea él-: "Je t´aime pour tous les hommes que je n´ai pas connus ET je t´aime pour tous les hommes que je n´aime pas."
Y obtener por respuesta: "Moi aussi."
As long as you treasure whatever it is, whatever it is could never be wasted.
(mientras atesores lo que sea, lo que sea no podrá ser nunca ser malgastado.)
Amo las cajas, las tengo de muchos colores, tamaños y tamañitos. Y no tengo mas porque no tengo espacio para colocarlas. Pero me gustan especialmente los cofres.
Tengo tres cajas especialísimas para mi. Una mínima pintada por mi en recuerdo a otra persona, a la que no le cabe nada. Una pintada por una amiga, con la letra de mi canción favorita, que es mi caja de los recuerdos. Y un cofre negro, de madera, hecho a mano, con flores blancas, lindísimo regalo con motivo a mi cumpleaños más reciente.
Lo he pensado y he llegado a la conclusión de lo que me gusta de estos objetos es que esconden de la vista lo que guardan. Y me encanta llenarlas, pero jamás con cualquier cosa. Cada una tiene una función específica. Tanto así que mi cofre negro todavía está vacío ya que no encuentro aun algo tan especial como para colocarlo en él.
Mi caja de los recuerdos, es en realidad mi caja de tesoros. No hay mucha diferencia, a veces, entre los dos conceptos.
Una entrada a la CN Tower, un mail donde me hablan de violines, un mini monstruito gris, una hoja de maple, una entrada al cine, un anillo, un dibujo. Nada que se aleje de los tesoros de los demás...
Y los guardamos en cajas y cofres, debajo de la cama, en el fondo de una gaveta para resguardarlos de daños pero por sobre todo para alejarlos de la vista ajena y siempre en algo intrusiva -en situaciones como esta-.
No es que a nadie le importe saber que el 30 de noviembre viste "Matrix 54" en la sala 4 del multiplex, sino que lo sentimos que exponer esos recuerdos tiene algo de invasión. De violación.
Preferiría, en lo personal, mostrar mi ropa interior (sin mi persona dentro!) que dejar a la luz publica mi entrada a la CN tower, mi mail, mi monstruito, mi hoja de maple.
No me importa hablar de ello, ni especificar cuales son mis objetos llenos de memoria, -que no son ni secreto sumarial ni motivo de verguenza-, porque nombrarlos solo crea una imagen mental en quien lea. Mientras mi pequeña colección sigue resguardada donde siempre. Y yo, no tengo que explicarle a nadie porque llegaron a ser dignos de vivir bajo del resguardo de la letra de mi canción favorita.
As long as you treasure whatever it is, whatever it is could never be wasted.
Hoy levanté la vista, y a través del vidrio del vehículo en movimiento, vi que el cielo alrededor de mi estaba gris.
Eran nubes pesadas, que parecen estar mas cerca de nosotros que las blancas que flotan como entre los rayos del sol.
Me gustan apasionadamente las nubes grises y el agua que traen. Mojarme bajo la lluvia es una de las experiencias más gratas de mi existencia. Enteramente. No tengo que cuidarme ninguna inversión hecha en la peluqueria, ni me molestan los zapatos y las medias empapados.
Pero esta tarde, esta en particular, miré las nubes grises y tuve una pequeña punzada de nostalgia y de curiosidad insolventable.
Como te conozco puedo suponer que las nubes grises no te gustan apasionadamente ni remotamente tampoco. Te gusta el sol brillante, lo sé bien.
Y por eso me afecto un poco ver nubes grises hoy. No las viste tu, las vi yo pero eso no cambiaba nada. Porque no pude evitar preguntarme si ese tipo de promesa liquida, al disgustarte un toque, al ponerte siempre un poco triste, te haría recordarme. Una tristeza despierta otra.
Lo único que si sé es que, hoy, y tal vez solo por este día, las nubes grises me hicieron recordarte.
Y de ello conservé tu nostalgia consecuencia de los días grises... Pero por hoy. Solo por hoy. Espero...
Tuyos sean los días de sol brillante y míos los de lluvia y nubes bajas...
Como en tantos otros aspectos, las dos caras de la misma moneda, hechas carne y sangre.
Escucho música para todo...
He tenido que comprarle a mi Ipod un cargador de pared para poderlo usar sin depender de la laptop, varios pares de audífonos ya porque los daño por uso, y varios estuches para protegerlo de estar conmigo permanentemente.
Coloco música apenas me siento frente a la computadora, cuando me baño, cuando paseo con el perro, cuando me desplazo de un sitio a otro.
Pero lo que me da gracia es que aun cuando no estoy escuchando alguna de mis canciones favoritas lo hago. Es decir, aun sin el aparatito queda corriendo en mi cabeza alguna canción... Aunque no entiendo la selección inconsciente. La que reproduce mi mente no es la última que escuché. Por algún motivo escoge otra.
Esta mañana me levante cantándome "Battling giants" de Ben´s Brother.
Reemplazada pronto por "Waiting for a woman" de Brad Paisley. Y me reí.
Me reí con los recuerdos que me trajo esa canción, cuando la escuché por primera vez, porque y con quien. Como me la explicaron y me la tararearon.
Me reí después de la calma de quien narra la letra, y su sentido común encantador.
Y todos los dias despierto con una canción distinta...
Por ese y otros motivos, porque mi mente siempre parece un volcán en erupción, no entiendo cuando me dicen "no pensaba en nada" y siento que me mienten.
Como podria ser diferente si mi cabeza compite con mi Ipod?
Girando, tu y yo, en torno a un eje invisible pero indudablemente presente, nos movemos, tal vez al mismo ritmo y sobre la misma orbita; pero, como comenzamos en puntos distintos no coincidimos en el espacio aunque si en el tiempo. Da un efecto muy curioso de asincronía.
A veces divertido, a destiempo extraño. Sutilmente fascinante y siempre un toque frustrante.
Y lo sé, y lo sabes y buscamos ponerle remedio. Aunque....um...tal vez...solo tal vez...mejor no.
O si? Sabes tu acaso?
Y cuando, coincidimos en tiempo y espacio, deja una sensación de atemporalidad con un dejo de irrealidad. Me encanta! Aunque...tal vez...solo tal vez...no sea lo ideal. Porque es real pero no lo parece.
Definitivamente cada cabeza es un mundo...
Aunque algunas sean un imperio y otras una aldea -como dirían los andaluces divinos de Estopa-.
Mi reflexión es hasta que punto podemos siquiera entender el mundo ajeno y el mundo simplemente. Que, con frecuencia, no es sino el reflejo de los pensamientos y acciones de otros, -y los propios claro está-.
Todos, sin casi excepciones en la historia humana, filtramos una cantidad indefinida de veces lo que percibimos, y probablemente, cada vez que lo hacemos distorsionamos la realidad.
Sea la realidad del mundo en si o la del mundo que existe en la mente ajena.
Cuando aprendimos a hablar, memorizamos que el color de las plantas se llama "verde", pero ninguno puede saber si como veo yo el verde coincide con como ve otro ese mismo color. Es una elección de vocablo arbitraria, necesaria pero arbitraria.
Lo llamamos "verde", y así nos comunicamos de forma bastante eficiente en cuanto a la forma, pero dudo en cuanto al fondo.
Mi profesor de filosofía (cabe el ejemplo de filtro mental; no recuerdo su nombre pero si que le faltaba parte de un dedo y donde me sentaba yo en su clase) decía que es humanamente imposible comunicarse realmente. Tiendo ahora a darle la razón.
