He perdido...

He perdido gente. Mucha gente.
He ganado experiencias y afectos inolvidables de quien menos podía pensar.

He perdido ilusiones. Muchas de ellas.
He ganado seguridad.

He perdido esperanzas. Las que no tenían sostén.
He ganado deseos de mucho más.

He ganado kilos y con ellos una imagen de satisfacción plena en el reflejo sonriente del espejo.

He perdido gustos.
He recuperado con mucho placer unos cuantos que yacían dormidos en el baúl de olvido.

He perdido apoyo.
Y lo he encontrado, incondicional, en mi misma.

He perdido compañía.
He ganado haber llenado mi vida de cosas que me satisfacen y de disponer de mi tiempo en libertad.

He perdido ideas falsas.
He ganado visión.

He perdido ansiedades.
He ganado equilibrio.

He perdido de mi en otros.
He ganado infinidad en otros (y gracias a otros).

He perdido el peso de la mirada ajena.
He ganado el peso de mi propia mirada.

He perdido en dependencia.
He ganado en tranquilidad.

He perdido al ser que quería para mi.
He ganado en ganas de esforzarme por mi destino.

He perdido lo superfluo.
He ido ganando en lo esencial.