19 agosto 2010

3: D, M & A


Me haces falta.
A veces.
De vez en cuando.
Cuando menos lo espero.
Sin razón.
Con toda la razón del mundo.


Me haces falta porque jamás has dejado de estar.
Pero no estás.

Porque acumulo las cosas que no he podido decir.
Porque tu sombra y la mía se fusionaron y nunca quisieron separarse después de ello.

Te extraño por lo que no fue.
Por la voz inconfundible.
Por palabras sueltas.
Por el amor puro.
Por los riesgos tomados.
Por la fidelidad inviolable e imperecedera.
Por las esperanzas.

Porque siempre algo nos ha llevado a perdonar y seguir un poco mas en honor a los encantos.

Por una canción de Travis ,en Londres, en un pasado lejano.
Por una canción de Brad Paisley ,en Toronto, en un pasado reciente.
Por una canción de Il Divo ,en Caracas, simplemente en el pasado.

Te echo en falta porque nadie mas es tú. Nadie mas puede. No quiero que nadie mas lo sea.

Me falta tu presencia.
Porque me ofrecías un reflejo del mundo que nadie mas puede. Un reflejo mío.

Por la educación absoluta. Y por quererme de forma tan entregada y dulce, por encima de todo.
Por la inocencia en tu ser. Y por quererme de forma tan genuina y sin decirme nada.
Porque no supiste nunca que hacer con lo que te sucedía. Pero no pudiste renunciar a ello tampoco. Algo de mi se enraizó profundamente en ti.

Te extraño porque me extrañas tambien.
Me lo has dicho, aunque evitando evitar ahondar en el tema porque lo crees sin solución.
Me lo dijiste viéndome a los ojos, hundido entre la verguenza y la sorpresa.
Me lo has escrito a la distancia, inesperadamente, cuando pensé que era asunto enterrado.


Aunque no te extraño. No eres uno.
Cada uno un hito.
Cada quien un antes y después de. A la distancia. A lo largo del tiempo.

Y si pudiese evitar echarte en falta probablemente no lo haría.

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