07 febrero 2012

Eco.


Me gusta escribirte. Y el sonido de tu voz. Que hace eco en mi vivir.

Me gustan tus palabras, sueltas como pétalos caídos, que me dejan saber-un accidente fingido- que lo escrito tocó su objetivo primo.

Me gusta tu silencio que es el crecimiento de mis textos y jamas la superficialidad del apuro o el arma de una mayor distancia.

Me gusta tu lectura silente pero tan vivida. Y el tacto de tu piel que hace pensar que en ti vive un sol disipador y en mi una estrella de aguas subterráneas.

Me gustan las imágenes que me otorgas de ti, de casi ángel caído, tan consciente de su irremediablemente eterna imperfección.
Auto-retratos radicales, a los que mi psique coloca en orden nómada. Ambientandolos entre inviernos de ensueño, carpas de circo cercanas a lo inconcebible y bandas sonoras feroces.

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