17 febrero 2010

El paso del tiempo...

Dicen que el paso del tiempo todo lo cura.... O todo lo borra.

Y no es cierto.

Puede que todo lo alivie pero no todo lo cura.

Y no siempre queremos ser curados.

En lo personal, es asi. Hay afectos en mi vida de los que no quiero ser curada. Simple. NO.
Aunque parezcan una locura. NO.

De lo que he deseado ser curada, lo he sido; con variaciones profundas de sufrimiento, resistencia y otras bellezas pero me he puesto de pie sin mas que unas leves cicatrices. Con el paso del tiempo...

Uno de mis afectos intocables, imperecederos y que es parte de mi, lo es a pesar de muchos años de distancia física, muchísimos cambios -algunos emocionalmente muy fuertes-, lagrimas, rencores y un bastante largo etc... Y ha resistido, sorprendentemente, a todo y un poco mas.

Ha alimentado metáforas lindisimas, nostalgias salvajes, esperas duras, palabras de significado eterno, miles de sonrisas pero por sobre todo se ha sobrevivido a si mismo . Y no quiero que el tiempo nos cure de ello. NO. El con su vida, yo con la mía, pero nuestro sentimiento resulto sin fecha de vencimiento. El tiempo reproporciono la intensidad de pero no lo venció. Y eso es inmenso en mi vida.

Mi segundo afecto rebelde es intocable igualmente pero no se todavía si invencible.
Pero fue una sorpresa impactante, bizarra y profunda. Ahora apenas es que comienza a recorrer el camino tortuoso de el enfrentamiento entre dos personalidades. Y el enfrentamiento con el tiempo.

Y pienso en el proceso artesanal de templar espadas; pasarlas por el fuego y llevar el metal al rojo vivo trae un resultado de dos posibles; se vuelve frágil y pronto se quiebra o se templa y es sumamente difícil siquiera hacer mella en el...

No quiero que el tiempo me cure del hombre que, tal vez, mas me ha querido ni tampoco que alivie una parte de mi que esta mas viva ahora.

Aunque solo tenga sentido para mi y ellos.

1 comentario:

Lulu dijo...

Es así, creo. Somos así: no nos queremos curar de algo a lo que nos aferramos por la razón que sea, y no nos cura nadie.

Está bien, es sólo una muestra más de voluntad y entereza.

Pero hay que saber si es contraproducente el empeño de seguir amando así a algo o alguien que no podremos o no se dejaría poseer.

Fráguate y fórjate... pero no te quiebres.

Sólo tú sabes darle señales al experto forjador para que pare a tiempo y te vuelva a dar un golpe de calor.

Desde acá te estoy viendo, tranquilita, ma belle...